Las Mejoras Sociales Surgen del
Aumento de la Sabiduría en el Alma
 
 
Carlos Cardoso Aveline
 
 
 
 
 
Después de varios milenios de constantes cambios sociales e innumerables intentos de “reformar el mundo” y “hacer revoluciones”, quizás ya sea posible comprender que no se producirá un mejoramiento verdadero en la sociedad a menos que haya, en primer lugar, un mejoramiento de las almas de las personas.
 
Cuando los seres humanos cambien el estado de sus espíritus y empiecen a actuar con más sabiduría y sinceridad, todas las cosas terrestres se curarán naturalmente a sí mismas.
 
Mientras las personas hagan lo contrario y traten de cambiar la sociedad sin cambiarse a sí mismas, la mediocridad cosechará lo que la mediocridad ha sembrado. El tipo correcto de cambio social se produce cuando la gente piensa más en sus deberes que en sus “derechos”. Sin embargo, uno debe recordar que el comportamiento ético o poco ético de una población no ocurre por mera casualidad; no obedece al azar, sino que es guiado en gran medida por lo que podemos llamar “la atmósfera cultural de la época”.
 
La Acción Sutil de los Escritores y Líderes
 
Un libro raro de 1918 acerca del filósofo brasileño Farias Brito [1] examina la influencia que los artistas y escritores ejercen sobre el karma humano.
 
Los líderes sociales y los pensadores tienen una influencia a gran escala que ayuda o dificulta la ética y la moralidad sociales. A veces ellos estimulan indirectamente el crimen, la lujuria, y la violencia, o la depresión psicológica. Ejemplos clásicos de este problema son algunos libros de escritores talentosos como E. Zola o F. Dostoievski, por nombrar solo dos.
 
En el siglo XXI, una gran cantidad de sentimientos y pensamientos negativos son transmitidos a millones de personas a través de los periódicos, la televisión, el arte, la música, las películas y el Internet.
 
La negatividad cultural es uno de los factores principales que contribuyen a disminuir la calidad de vida de las personas. Así como hay una salud física que preservar, hay también una salud emocional y mental que deben ser defendidas. Probablemente es más fácil evitar los alimentos contaminados que los venenos emocionales y mentales. Los medios de comunicación no son inocentes en esta batalla. No pueden mantenerse neutrales: o ayudan a la evolución humana, o la obstaculizan.
 
El ciudadano bien informado debe estar vigilante respecto al tipo de arte o de periodismo que acepta o admira. Aunque el lado dramático de la vida forma parte de la aventura humana, la predominancia de los sentimientos inferiores impide el contacto con el alma y atrae acontecimientos negativos.
 
Todos los departamentos de la vida cultural – incluyendo la psicología, el arte, la política y la literatura – deben expresar la percepción del hecho de que el futuro es el resultado de las decisiones y de los esfuerzos llevados a cabo en el presente. La idea puede parecer demasiado obvia, pero actuar de acuerdo con ella requiere un tipo superior de inteligencia que es difícil de encontrar hoy en día.
 
Los ciudadanos de buena voluntad tienen delante suyo una tarea: la de acelerar la percepción colectiva del karma producido por cada sentimiento y pensamiento.
 
La actitud emocional correcta con relación al mundo y su futuro debería crecer más rápidamente que la aceleración del karma humano como un todo. No se debe tener prisa, pero tampoco hay tiempo que perder. Ningún esfuerzo se pierde. Las enseñanzas de la filosofía esotérica moderna fueron dadas al gran público durante el último cuarto del siglo XIX; desde entonces la mente humana se ha vuelto más fuerte y aguda. Sin embargo, las emociones y los pensamientos humanos no se han vuelto más puros.
 
Debido al hecho de que la fuerza del pensamiento humano está constantemente aumentando y produciendo resultados kármicos más fuertes, la responsabilidad individual de los artistas, de los profesores, los escritores, los periodistas y los ciudadanos vigilantes aumenta día a día. Los editores, los líderes políticos, los hombres de negocios y los sacerdotes son todos fuentes de karma y, por tanto, son responsables ante la ley de la vida.
 
Mejorando el Karma Humano Aquí y Ahora
 
Los sentimientos y los pensamientos de los ciudadanos quedan grabados en el “espíritu de la época” o karma colectivo, y producen una influencia sobre él. Todas las personas son responsables por los pensamientos y emociones que generan.
 
La mediocridad tiende a crear más mediocridad. La acción creativa del alma expande el lado luminoso de las cosas. El espacio y el tiempo están conectados: las mentes estrechas ven acontecimientos estrechos. La visión a corto plazo es limitada en el espacio. Al enfocar nuestra mente en acontecimientos a largo plazo, ampliamos nuestro horizonte y expandimos la consciencia individual hacia el tiempo eterno. Existe un vínculo entre la duración ilimitada y el espacio infinito. La mente que ama lo infinito se libera de la ignorancia.
 
Los pensamientos crean la realidad, y cada individuo puede ayudar a mejorar el Karma humano dentro de su círculo de influencia.
 
El pensamiento correcto es la primera y principal herramienta que la humanidad posee para crear una civilización que merezca perdurar. Los teósofos tienen la misión de estimular el pensamiento positivo. La confianza en uno mismo, la confianza en la vida y el conocimiento de la ley eterna constituyen el elixir de la felicidad.
 
Nuestra actitud mental y nuestras acciones físicas influyen sobre el mundo que nos rodea. A medida que la sabiduría aumenta, la autorresponsabilidad se desarrolla. La autodisciplina y la decisión de aspirar a aquello que es verdadero, bueno y eterno hacen que la atmósfera de nuestra aura mejore.
 
NOTA:
 
[1]Farias Brito e a Reacção Espiritualista, de Almeida Magalhães, 125 pp., 1918. Véanse las pp. 72-74.
 
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El artículo “El Karma de la Literatura y de los Medios” es una traducción del inglés y ha sido hecha por Alex Rambla Beltrán, con apoyo de nuestro equipo editorial, del cual forma parte el autor. Título original y link: “The Karma of Literature and the Media”. La publicación en español ocurrió el 21 de febrero de 2020.
 
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